Hoy me han delegado la función de sacar a Pancho por la mañana. La primera salida no ha estado falta de incidentes. Nada mas salir del portal me he cruzado con una mujer ciega y su acompañante. El acompañante se ha quedado de piedra cuando a visto al perro, y no ha podido evitar preguntar si era un labrador. ante la respuesta afirmativa las dos han deseado acariciar al animal. Lo que sucedió despues fue una mezcla de felicidad y de corte. La mujer ciega a empezado a pegar gritos de alegria al acariciarlo, no cabía en si, que si que simpático, que si que pelo tan suave y limpio… El perro en su tónica de siempre: lametones con 3/4 de lengua fuera, bacaditos cariñosos y demás.La cosa era que pese a que la mujer estaba disfrutando como nunca en su vida, los gritos que propinaba no era presisamente lo que daba a entender ante el resto de viandantes que estaban en la acera de enfrente y/o un poco mas alejados. Estas personas, por el contrario, no paraban de mirar asombradas ante lo que parecia, un ataque de un perro enorme a un pobre invidente mientras el dueño del mismo no hacia nada al respecto.
jajajaja. Lo mejor de vivir juntos es compartir la tarea matutina de sacar a Pancho, que como ves, lleva consigo anécdotas curiosas. Con Pancho nunca se sabe!
Como me gustaria haberos visto por un agujerito, ja ja, loo q no le pase a jose luis no le pas aa nadier