Quizás por los tiempos que corren y las noticias que a diario dan por televisión últimamente no paro de darle vueltas ha esta fábula.
La versión mas conocida y la que tengo en casa, es la Félix María Samaniego pero la historia original se le atribuye a Esopo.
En la fábula original aparece una cigarra que después de pasar el verano cantando, al llegar el invierno se encuentra desprovista de alimento y acude a pedirlo prestado a su vecina la hormiga. La laboriosa hormiga se compadece de la cigarra, y le regala algunos granos de arroz, no sin antes advertirle que debe ser previsora.
Sin embargo, cuando Samaniego ( muy influido por Jean de la Fontaine) recreó esta fábula, le cambio el final, y la que había sido una generosa hormiga pasó a convertirse en un egoísta insecto, que le niega alimento a la cigarra y la expone a una muerte casi segura.
Personalmente me quedo con la primera versión, en ella además de la moraleja, se alienta a ayudar al prójimo a pesar de sus errores y se le educa para que no vuelva a repetirlos.
Las versión española (y previamente la francesa) mucho mas cruel, se limita a describir la realidad.
LA CIGARRA Y LA HORMIGA
Autor: Esopo(S.VI a.C)
La cigarra le preguntó a la hormiga porque llevaba tanto alimento. «Debo almacenar alimento porque pronto vendrá el invierno», respondió la hormiga. La cigarra comenzó a reír. «Tonta, pero si hay alimento por todas partes. Además el invierno sólo llegará en tres meses», dijo.
La hormiga no prestó atención a lo dicho por la cigarra y siguió su camino a casa. La cigarra le gritó: «tonta, disfruta la vida».
Así pasaron los siguientes tres meses. La hormiga seguía recolectando alimentos, mientras que la cigarra sólo coleccionaba las letras de las canciones que escribía en sus largos días de descanso.
Al llegar el invierno todos los animales del bosque se refugiaron en sus casas para protegerse del frío. Al ver la cigarra que caían los primeros copos de nieve intentó buscar un árbol u otro lugar done pasar el invierno pero no tuvo suerte. Todos estaban ocupados.
Los días pasaron y la cigarra estaba muy flaca y con hambre. Caminaba entre la nieve buscando alguna hoja o semilla pero no tenía suerte. Desesperada la cigarra tocó en la puerta de la casa de la hormiga y le pidió comida. La hormiga se compadeció de la cigarra y le dio un poco de arroz, no sin antes decirle: «recuerda, es mejor prevenir que lamentar»
Autor: Félix M.Samaniego (1745-1801)
Cantando la Cigarra
pasó el verano entero,
sin hacer provisiones
allá para el invierno;
los fríos la obligaron
a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo
de su estrecho aposento.
Viose desproveída
del precioso sustento:
sin mosca,sin gusano,
sin trigo,sin centeno.
Habitaba la Hormiga
allí tabique en medio,
y con mil expresiones
de atención y respeto
la dijo:»Doña Hormiga,
pues que en vuestro granero
sobran provisiones
para vuestro alimento,
prestad alguna cosa
con que viva este invierno
esta triste cigarra,
que alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño,
nunca supo temerlo.
No dudéis en prestarme;
que fielmente prometo
pagaros con ganancias,
por el nombre que tengo.»
La codiciosa hormiga
respondió con denuedo,
ocultando a la espalda
las llaves del granero:
«¡Yo prestar lo que gano
con un trabajo inmenso!
Dime, pues, holgazana,
¿qué has hecho en el buen tiempo?»
«Yo, dijo la Cigarra,a todo pasajero
cantaba alegremente,
sin cesar ni un momento.»
«¡Hola! ¿conque cantabas
cuando yo andaba al remo?
Pues ahora, que yo como,
baila, pese a tu cuerpo.»