Crónicas de una oveja eléctrica

Esta vez tampoco ha habido suerte y sigo sin tener un piso de esos que EMVISESA sorteó el pasado día 21. Primero he utilizado el buscador de la Web y después he vuelto a revisar la lista de agraciados por si el buscador hubiese fallado…y nada que tengo que seguir de alquiler.

Es curioso como cada vez que hay algún sorteo de estos en plan rueda de la fortuna, (¡ El piso es para …!) siempre pillan a algun@ que le ha tocado y que ha ido a la celebración del sorteo. Se ve como lloran, como llaman a sus familiares, les hacen fotos…

A veces pienso que a lo mejor influye en la suerte el hecho de ir al palacio de deportes y ver como van sacando una a una las bolas, sin embargo, otras veces pienso que esta gente no son más que simples actores puestos ahí a drede, con tal de que la gente vea que no hay tongo y que realmente los pisos tocan a personas al azar.

Quizás piense esto porque estoy mosca por no ser uno de los afortunados o quizás mi mente maquiavélica, está un poco dolida por el hecho de que hayan quitado de la página web los números con los que participábamos y no pueda saber cuál es mi puesto en la lista de espera.

Lo cierto es que, no me gusta esta forma de adjudicar pisos:

No me gustan estos espectáculos mediáticos con pantallas gigantes y bombos en plan telecupón, con el politiquillo de turno vanagloriándose de la cantidad de bolas que hay esta vez.

No me gusta que los responsables de la empresa municipal de la vivienda digan el día del sorteo que entre un 20 y un 25 por ciento de estos afortunados son “fallidos” y que se corresponden habitualmente con personas “muy jóvenes” que presentan una solicitud sin saber que, para acceder a una VPO, se les exige un “nivel de renta”.

No me gusta, como he dicho antes, que hayan desaparecido los números del sorteo.

No me gusta que Sevilla, la ciudad del listo, sea en la que más pisos de VPO se hacen de toda europa.